LA CARGA DE LA BRIGADA LIGERA



La carga de la Brigada Ligera, es un poema inspirado en los acontecimientos ocurridos durante la batalla de Balaclava, en la Guerra de Crimea, que, en entre los años 1853 y 1856, enfrentó a los rusos por un lado y a los ingleses, franceses, turcos y el reino de Cerdeña por el otro.

Este poema es considerado una oda a la valentía demostrada durante esta batalla acontecida el 25 de octubre de 1854, donde 637 hombres de la caballería británica, armados sólo de sables, recibieron la orden de atacar y tomar las baterías de la artillería rusa, compuesta por 50 cañones y protegida por 20 batallones de infantería rusa, para lo cual tuvieron que cruzar el valle existente entre la colina de Fedyukhin y la de la calzada, valle que más tarde el poeta Alfred Tennyson, inspirado por estos acontecimientos, al escribir este poema, la denominará Valle de la muerte.

Militarmente fue un desastre, pues ocasionó la pérdida de casi la mitad de soldados entre muertos y heridos, por las pésimas decisiones de sus mandos; sin embargo, por el comportamiento demostrado por estos soldados -que lucharon hasta el final en el campo de batalla, aun sabiendo que no tenían ninguna posibilidad ante la potencia de fuego enemiga-, es considerada un ejemplo de coraje, valentía, tenacidad y cumplimiento del deber.

Esto demuestra una vez más, que todo hecho humano acarrea alguna forma de expresión cultural, como sucede con este hermoso poema, donde hasta muerte -sacrificio de estos soldados-, inspira al poeta para escribir una bella pieza literaria, que en otros casos se han expresado como piezas musicales, arte textil, arte cerámico, etc.  Incluso este acontecimiento trágico, inspiró una película titulada también: “La carga de la Brigada Ligera” (The Charge of the Light Brigade), de corte bélico estadounidense, rodada en el 1936 y dirigida por Michael Curtiz.

LA CARGA DE LA BRIGADA LIGERA

Lord Alfred Tennyson (1854)

Media legua, media legua,
Media legua ante ellos.
Por el valle de la Muerte
Cabalgaron los seiscientos.

“¡Adelante, Brigada Ligera!”
“¡Cargad sobre los cañones!”, dijo.
En el valle de la Muerte
Cabalgaron los seiscientos.

“¡Adelante, Brigada Ligera!”
¿Algún hombre desfallecido?
No, aunque los soldados supieran
Que era un desatino.
No estaban allí para replicar.
No estaban allí para razonar,
No estaban sino para vencer o morir.
En el valle de la Muerte
Cabalgaron los seiscientos.

Cañones a su derecha,
Cañones a su izquierda,
Cañones ante sí
Descargaron y tronaron;
Azotados por balas y metralla,
Cabalgaron con audacia,
Hacia las fauces de la Muerte,
Hacia la boca del Infierno

Cabalgaron los seiscientos.
Brillaron sus sables desnudos,
Destellaron al girar en el aire,
Para golpear a los artilleros,
Cargando contra un ejército,
Que asombró al mundo entero:
Zambulléndose en el humo de las baterías
Cruzaron las líneas;
Cosacos y rusos
Retrocedieron ante el tajo de los sables
Hechos añicos, se dispersaron.
Entonces regresaron, pero no,
no los seiscientos.

Cañones a su derecha,
Cañones a su izquierda,
Cañones detrás de sí
Descargaron y tronaron;
Azotados por balas y metralla,
Mientras caballo y héroe caían,
Los que tan bien habían luchado
Entre las fauces de la Muerte
Volvieron de la boca del Infierno,
Todo lo que de ellos quedó,
Lo que quedó de los seiscientos.
¿Cuándo se marchita su gloria?
¡Oh qué carga tan valiente la suya!
Al mundo entero maravillaron.
¡Honrad la carga que hicieron!
¡Honrad a la Brigada Ligera,
A los nobles seiscientos!



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